El domingo 28 de enero probamos algo nuevo, sobre todo Natalia.
Había hecho un par de salidas de snowboarding en el pasado, pero nunca con esquís. Y hay el mito de que es más fácil aprender snowboarding que esquí de pista, pero si quieres hacer montaña más te vale ir con esquís…(la splitboard en nieve polvo va bien pero con nieve dura no he oído hablar bien de cómo se comporta al foquear con pendiente fuerte…)
Como primera hicimos algo suave, Natalia de prestado con esquís y botas de pista míos y yo siguiéndola con los de skimo. Desde el Col de Puymorens, lugar habitual de salida de skimo tanto para el Pic de la Mina como el Coma d’Ors, empezamos con los pasos más básicos: escalerita con los esquís en paralelo y perpendiculares a la pendiente. Subir unos metros así y bajar controlando la velocidad con cuña.
Después de repetirlo unas cuantas veces ya incorporamos los giros en cuña, y se repitió unas cuantas veces más hasta cogerle el tranquillo. También aprendió a subir contra la pendiente haciendo cuña con las colas. Para estar dos o tres horas la verdad que una progresión brutal.
Antes de volvernos aproveché para hacer una bajadita, desde el Col hasta la parte baja de la estación. Para luego remontar foqueando por el mismo sitio. Y estrenando esquís nuevos 😀
La nieve estaba ya un poco pesada porque hacía un día de sol de la leche para ser enero, pero con espesor guapo!
Y con eso cerramos la primera experiencia de esquí de Natalia. En nada haciendo daño por las montañas jeje….