Bueno, después de todas las cursas, las gripes y otros contratiempos, por fin toca un finde de esquí de montaña!!! 🙂
Salimos Sebas y yo el sábado por la mañana, sin madrugar demasiado. Destino: el Corronco!
Paramos en el bar Esport de turno para desayunar de camino, sin encontrar a nadie conocido esta vez. Y al llegar a Durro…surprise..surprise…está pelado!!!
Blai me había avisado que había soplado y las cimas tenían poca nieve, pero las vistas de la cima no eran nada alentadoras. Media vuelta y el típico momento de qué hacemos!!
De momento media vuelta y plan de acercarse a Boí. Hace unos años había hecho una cima desde la misma estación y supuestamente puede estar esquiable.
Pero de camino pasamos por una curva donde hay esquiadores preparándose, y recuerdo que siempre había visto gente con esquís de montaña así que seguimos a las masas. En este caso un solo coche…Aquí nos quedamos!!
La famosa curva camino de Boí
Les preguntamos qué pico hacen, el Pessó. Tenemos mapa con escala mierdosa 1:40000 pero bueno, suficiente para orientarse. Palante 🙂
Con la tontería ya son las doce. Atrapamos el grupo que había salido antes que nosotros y les seguimos. Hemos ido un tramo siguiendo el GR, que va haciendo eses por una ladera, a ratos barranco, y eso que piensas “por aquí no bajo esquiando”. De hecho faltaba nieve en algunos tramos.
Luego ya atrapamos al grupo y seguimos para arriba compartiendo la tarea de abrir huella entre bosque. Llegamos a una parte donde por fin se acaba el bosque y las trazadas extrañas. En realidad hemos cortado bosque a través…y nos esmeraremos en buscar una bajada más continua al volver.
Vistas al salir del bosque
A partir de ahí ya es coser y cantar, seguimos subiendo ya por delante del otro grupo hasta los Estanys del Pessó. Y ahí toca decisión. El Gran Pessó se ve lejos para la hora que es, y muy rocoso. Así que decidimos tirar para el más obvio: el Tuc des Carants (2.791m) con un color blancuzco de aquel que emociona a cualquier esquiador jeje.
En la subida me empeño en no poner ganivetes para acostumbrarme, pese a que algún tramo está bastante duro. La verdad, desde siempre que sufro más subiendo que bajando, lo cual no tiene misterio: llevo 33 años bajando y tan solo 3 subiendo 😛
Además que me parece más incontrolable una caída con los esquís sueltos de subida que si los llevas bien calzados y puedes cantear bien…
Cima Tuc des Carants (2.791m)
El último tramo decidimos hacerlo a pie porque ya es carena estrecha con nieve dura, no vale la pena meterse con esquís. se hace un poquito más largo de lo que parecía, pero por fin al cabo de 4h estamos en una cima con vistas guays 🙂
Autofoto en cima
La bajada bien. Pese al calor el tramo de arriba estaba helado rollito “no te caigas que llegas abajo del tirón”. Y debajo de los lagos ya nieve primavera pero en un punto perfectamente esquiable, de hecho fue la parte más gozosa de toda la bajada.
Fuimos bajando por el Barranc del Pessó, por una canal estrecha que parecía tener salida, pero en un momento mi instinto me dice que hay que subir, que eso se acaba. Miramos hacia la izquierda y hay una pala accesible con pinta de llegar abajo, sin verlo del todo. Sebas se asoma y ve la canal continuar, el tema es que ve continuar la parte que yo ya había visto desde dentro de la canal. Total que cuando nos metemos llegamos hasta el borde mismo del tramo que veíamos, que es tan bien el borde mismo de un barranco!!!
Descalza esquís y vuelve para arriba hundiéndote en la nieve. Tampoco era mucho, igual 20-30m. Dejamos unas ramas en cruz por si el otro grupo baja siguiendo nuestra huella. Molaría saber si les sirvió de algo, pero no tengo ningún dato para contactar con ellos.
Bueno, nos volvemos a la pala que veía, dirección SE. Un tramo abierto de nieve y entramos en bosque. No está muy cerrado y se puede progresar con precaución. Un giro, parada, mirar, otro giro, etc…
Yo, la verdad, estoy disfrutando!! por dos cosas, no sabemos dónde vamos exactamente, lo cual tiene su pequeña parte de aventurilla, y esquiar por bosque que no deja de ser un reto a tu habilidad con esquís.
El problema es que Sebas no lo percibe así y está reventado por lo que le exige físicamente su menor nivel de esquí. Al final, harto de ir descontrolado, decide bajar a pie. Por suerte unos 20m más abajo ya encontramos un claro y vía libre hasta el camino, con algunos tramos de nieve polvo en las laderas ombrías.
Al final a las seis en el coche. No nos sobraba mucho rato de luz, pero hace tanto que no salgo que ya no sé a qué hora anochece 🙁
Nos iremos de allí sin que haya aparecido el grupo que venía en el mismo camino, y que habremos visto por última vez mientras nosotros bajábamos andando de cima.
Dormimos en Vilaller, y nos quedamos a cenar en un bar que recordaba de una esquiada tiempo atrás. Entrecot estupendo que colma nuestra satisfacción de la esquiada con una buena cena 😀
Está entrando por una plaza adoquinada.
Día siguiente cambiamos de zona y pasamos Túnel de Viella. Aquí sí que hay nieve! Nos quedamos en la incineradora en la boca Norte del Túnel.
La intención es hacer el Tuc del Port, pero para variar acabaremos haciendo otra cosa. Aquí sí que hay esquiadores que acaban de llegar cuando nosotros salimos.
Sólo empezar hay un claro con una traza muy marcada que sube. Me emperro con Sebas en que es un atajo, porque recuerdo la penosa y larga vuelta por la pista que iba haciendo eses sin apenas ganar desnivel. El caso es que la he cagado sin saberlo.
Empezamos a subir por la traza, primera parte estupenda pero luego ya nos adentramos en el bosque, la nieve se pone menos agradable aunque todavía pienso que será una buena bajada por el bosque pues está bastante abierto. Pero seguimos subiendo y subiendo, pasamos los 1700m y el camino no aparece. Uyuy
Hacia 1900m salimos a un claro y vemos que directamente estamos en otra ladera. Nada que ver!! hemos seguido una traza de alguien que la debió cagar, en ese momento pensamos que quizás sea intencionado y sepan dónde van pero viendo posteriormente la bajada que harán…pues no, se colaron seguro!! y yo detrás 😛
Nos quedamos en los árboles del fondo
Nos orientamos y vemos que estamos subiendo al Tuc de Horno (2388m). Estamos pisando sobre un palmo de nieve polvo y se ven palas guapas de nieve esponjosa. Mucho blanco…mmm para allá vamos!
Vemos restos de aludes de placa. Aludes guapos…no por lo bonitos si no por el tamaño.
Y empiezo a cruzar una pala a eso de 2000m donde nos entra mala espina. Vemos como el viento sigue transportando nieve que se va depositando. Clavo el bastón y hay capa dura con sensación que hay una blanda debajo. Dónde está Aina para asesorarnos!!??
Uyuy…media vuelta. Y decidimos plantarnos allí. Además, la pala de bajada llama más que la cima que parece inaccesible o en cualquier caso habrá que hacerla sin esquís.
Me parece una buena decisión. De hecho había aviso de riesgo de aludes en algunas orientaciones. Esquís y para abajo. Hay trazas de otros. Palas guapas con esquí gozoso.
Nieve polvo de la buena…
Se va estrechando y nos encontramos en una canal. El grupo que nos trajo arriba optó por flanquear y como no vemos dónde acaba la canal decidimos seguir su huella por prudencia. Cruzamos por un bosque en una carena afilada, y vemos que hay barranco del otro lado también. el grupillo este tiene huella a pie hacia arriba y le digo a Sebas que parece una pringada y mejor seguir hacia abajo por la canal.
Si la cagamos tenemos horas para deshacerlo y buscar una salida. La realidad es que será una buena decisión. Nos llevará canal abajo hasta empalmar con otra canal por donde aparecen las huellas de los amigos de nuevo.
Es curioso como en un sitio bien pequeño se puede perder la noción de por dónde pasar, si hay paso o no, y los mapas aqui no sirven para nada con la escala que tienen.
De hecho acabo de mirar ahora en ICC el mapa escala 1:5000 y no se ve tampoco lo que teníamos alrededor. Una canal encajonada que es el lecho del río con paredes por todos lados.
Seguimos por el río esquivando agujeros, árboles, ramas caídas, etc…también cansado para Sebas y yo divirtiéndome. Algún saltito inevitable también nos da vidilla.
La parte final se hace complicada porque el río se ramifica y no hay continuidad de nieve, más bien grandes grietas por todas partes. Intento un salto a lo valiente y se me clava un esquí, me salta la fijación sólo de atrás y me empotro en la nieve blanda. Un poco de descojone hasta que levanto el palo y veo que me falta la mitad!!!
Después de buscar y cavar un rato, lo dejo correr, ya aparecerá con el deshielo. Estos palos de aluminio son más frágiles que nada, no sé cuántas piezas he cambiado. Me mola que sean ajustables y ligeros, pero no gano para palos.
Toca cambio!
Y de momento a bajar con un solo palo, bueno bajar bien, lo chungo es remar! pero quedaba poco.
Final del río
Al final llegamos al camino. Un poco de remada y fin de un buen día con una esquiada curiosa. Las típicas palas estupendas de nieve polvo arriba, y por abajo el reto de encontrar el camino, que parecía más una ginkana que esquí 😉
Buen finde de esquí, con un tiempo estupendo los dos días. Mejor imposible!