Este fin de semana estuve por Andorra.
La previsión meteorológica era mala para el viernes y parte del sábado, pero es lo que toca si quieres nieve virgen: o esquías el mismo día o el día siguiente como mucho.
Gracias a Josep que nos acogió en Andorra estupendamente fue un fin de semana bien completo y variado!
Subimos el viernes, nada que comentar, la nieve amenazando por la noche cuando entramos en Andorra pero todavía no caía fuerte. Cena, charlar un rato y a dormir.
Como la meteo es mala hemos decidido subir a Arcalís a ver el Campeonato del Mundo de Esquí de Montaña. Somos Josep, Núria, Laura y yo.
Nos levantamos sin prisa, con un día francamente malo. Aprovechamos que Josep tiene ruedas de contacto para subir con su coche, y dejar el mío bien aparcadito abajo. Buena decisión, porque la carretera está chunga con ganas. Llegado un punto obligan a todos los coches a poner cadenas, y se entiende porque las rampas continuas con nieve hasta llegar a la estación lo justifican de sobras.
En principio habilitan una tarifa reducida para subir hasta el restaurante de la Coma con remontes, pero hace tal viento que los remontes están cerrados, así que sólo se puede llegar hasta el punto de partida haciendo skimo o con raquetas. No he estado nunca en una prueba, pero creo que eso moló mucho como espectador porque pudimos ver a todos los participantes bien de cerca sin aglomeraciones, si es que las hay normalmente que ni idea.
No sigo la copa del mundo, de hecho no sigo ningún deporte, prefiero practicarlos. Así que nos íbamos enterando de quien subía conforme la gente iba gritando sus nombres para animarlos, porque apenas hubiera reconocido a los dos más mediáticos.
Cambio en el restaurante La Coma. Poniendo pieles en la primera vuelta
Tuvieron que modificar completamente el trazado de la prueba, por el viento y el riesgo de aludes. Así que subían por pista desde el restaurante de La Coma hasta el telesilla arriba de la estación, y volvían a bajar. Dieron cuatro vueltas al circuito.
Nosotros dimos una en paralelo, viéndolos pasar varias veces. Arriba estaba realmente mal, si estábamos a -10º en el coche yo calculo que tocaríamos los -20º porque hacía un viento de lo más desagradable y se nos helaron a todos las puntas de los dedos en el poco rato que estuvimos viendo cómo hacían los cambios para bajar. Para los participantes no creo que tuvieran tiempo a coger mucho frío, hacían el cambio en cuestión de segundos!! daba gusto verlos…
Nos tomamos algo en la cafetería y vuelta al coche por la pista megaverda. No era tarde pero las máquinas ya estaban trabajando para preparar la nieve para el fantabuloso siguiente día.
Por la tarde nos juntamos con más gente que llegó. Cumplimos totalmente el estereotipo, después de rondar por un par de tiendas Josep y yo decidimos irnos a un bar a tomar algo esperando que las féminas terminaran su periplo por los locales de la calle peatonal. La tentación es grande, y la mayoría cayeron jeje
Tiendas de montaña, eso sí… 😀
Noche con cena en casa de Josep, ya con Jose, Montse y Pere unidos al grupo. Corrió un poquito demasiado vino…lo cual ayudó a que no fuéramos muy rápidos por la mañana. Más aún que desayunamos fuera y tardaron la ostia en servir a los siete.
Como el parte de aludes está en 2/3 nos metemos en la Vall de Ransol, con idea de no arriesgar subiendo por bosque y ya veremos si hacemos cima.
En el parking paramos justo detrás de un coche y reconozco una cara que también me reconoce a mí, es Gabi de la UEC…saludos y puesta al día rápida que yo soy lento equipándome y sólo me falta distraerme!
El panorama está absolutamente fantástico con un cielo azul espléndido, montaña blancas acolchadas, pero alguna cima se ve demasiado cargada eso sí. Vamos al Tuc de Ransol, igual que Gabi. Somos un grupo lento, es lo que hay. Salimos bastante tarde, como las 10h45 entre una cosa y otra. Muy mal…y también subimos lentos, normal en grupos numerosos y para mí siete ya es peña.
Vamos siguiendo una traza con unos 30cm de nieve polvo alrededor nuestro todo el tiempo, que me emociona pensando la megabajada que voy a hacer, de hecho a media subida nos encontramos con unos que están bajando y gritando de emoción. No me extraña, vaya nieve!
La traza sube entre unas rocas con un par de pasos extraños para ir con esquís, un escalón en roca y luego una vuelta maría complicada, pero tenían poco riesgo en caso de caída. Lo único que no me gustó fue más arriba en una parte muy convexa que al patear con el esquí oí «pof pof», un ruido que no mola nada y normalmente hace pensar que hay alguna capa suelta por debajo. Salimos rápido de ahí e instamos al resto del grupo a no encantarse en la zona.
Con todo esto estábamos en la antecima a las 13h30. La mayoría consideramos que hacer cima, que requería crampones, dada la hora no era recomendable porque añadiríamos una hora más. Pero Montse es difícil que renuncie a una cima así que ella y Pere se fueron para arriba.
Nosotros preferíamos asegurar las condiciones de la pala de bajada con nieve powder. No pasa a menudo en Pirineos…
Pero hicimos la cagada de quedar con ellos más abajo de la pala, sin contar que nos tocaría esperar más de una hora y media, porque la cima estaba aún más allá de lo que se veía. Y lo que no pensamos es que se levantaría viento…pero tampoco quisimos irnos. En otra ocasión, si te separas te separas de verdad y cada uno es autosuficiente. Lo ideal es no separarse, ya se sabe…
La bajada fue orgásmica, tal cual. Nieve polvo flotando haciendo eses perfectas, gran pendiente al principio. Buf, un lujo. No había pillado nada así en la temporada anterior!!
Acabando la primera pala de bajada
Placer después de la megapala 😀
Después nos tocó quedarnos bastante fríos esperando a los otros dos, y una vez todos juntos seguimos hacia abajo por el bosque. Era más abierto de lo que parecía al subir, y pódías hacer bastante el cafre empalmando giros. También bien divertido sorteando obstáculos. El nivel del grupo era muy variado, unos cuantos iban recurriendo a la sagrada cuña 😉
Por suerte no teníamos prisa, éramos el penúltimo coche del parking! y aprovechamos para ir a ver un bar de pistas l’Abarset donde se debe encontrar la gente guay para el après-ski, pre-farra. Josep tenía ganas de verlo y el resto pues nos apuntamos a un bombardeo uh uh
Mucho diseño y poco calor por parte del servicio. Lo único bueno es que está a pie de pistas y no tienes que moverte, se aparca bien, etc. La comida tenía buena pinta, pero sin llegar a probarla.
Y después de esto sólo quedaba recoger y las despedidas, salíamos a las siete de Escaldes, y por supuesto pillamos en la frontera. Una hora entera para salir de Andorra, en horario de esquiadores 😞
Qué se le va a hacer!! es lo que tiene Andorra.
Pero qué gusto de fin de semana. El sábado estuvo divertido pese al día de mierda que hacía por la novedad de ver el Campeonato, aún así hicimos 700m D+!
Y el domingo fue simplemente perfecto 😀