Ya volví hace una semana. Aquí el resumen.
Estas vacaciones han sido en el continente. Primero estuvimos en Dolomitas.
Nos fuimos Lorenzo, Sabina, Agnès, Pep, Juanma y yo.
Agnès y yo, en el largo camino en coche
La verdad que hay que tener ganas pues al final son dos días de viaje. La peor parte los puertos de montaña llegando a Cortina d’Ampezzo con tráfico lento. Aunque hay mejores rutas, en realidad subir por Venecia parece la mejor a tenor de lo que tardamos a la vuelta por distintos caminos.
El primer día tuvimos regalo dolomítico. Subimos todos a Cinque Torri y de ahí cada uno a lo suyo. Pep y Juanma vía larga, Lorenzo y Sabina una vuelta, y Agnès y yo deportiva.
El cielo está amenazador pero es todavía pronto. Tiempo de escalar una vía y ya empieza a chispear y en nada se convierte en un tormentón de los guapos, con viento, frío, y demás.
Llegamos empapados al refugio y nos reunimos con el resto. Qué buenas están las tartas 🙂
Al día siguiente ya vamos para vía larga. De nuevo con Agnès, esta vez madrugando. Durante julio todavía dejan llegar a Cinque Torri en coche. Después lo cierran al tráfico y hay que acceder con navette o con telesilla.
Agnès de primera y yo en la R con otra cordada
Cogimos una vía sencilla de III – IV, tanto que resultó ser la que usan los guías para subir a gente que no tienen ni idea.
Y la verdad, no moló mucho. Un guía nos preguntó si podía pasar delante, preguntando si éramos rápidos. A santo de qué, si el va con dos que no han escalado en su vida!
Bueno, pasamos delante y se quedó detrás esperando aunque parece que lo de esperar les puede y terminó cambiando de plan. Otros guías con otros “escaladores turistas” vinieron a sustituirle.
También subía otra cordada por la arista, nuestra vía flanqueaba para encontrarse en el mismo punto. Total que al poco estamos en una R con un solo punto, un cimentatto, yo asegurando a Agnès que no puede poner nada por delante y tiene factor 2 sobre la R, y una chica asegurando en la misma R a su pareja que sube de segundo. Welcome to Dolomites!!
La otra cordada también tiró arriba por la misma vía al inicio, con idea de moverse a la izquierda pero la realidad es que usó un par de chapas compartidas. Y cruzamos cuerdas, y hubo riesgo de factor 2 sobre la R hasta que no chapó la primera más arriba.
Vamos, a los que hayan leído “Seguridad y Riesgo” es para tirarse de los pelos.
Mientras tanto veo un alemán con pinta de saber lo que hace montar una R sobre dos parabolts con una baga. Pero sólo con una baga, alondra en cada parabolt y listo, ya tiene una R. Pero los parabolts no cortan bajo impacto?? para eso se metían mosquetones….
Bueno, todo esto no me gustó y la idea de escalar por ahí quedó descartada de mi mente. Después de tiempo sin escalar ni ir al roco (sigo con la tecnología en norbertrovira.com), estaba también en uno de los peores momentos en cuanto a confianza.
Lorenzo en la Brigatta Tridentina
He intentado salir a correr algún día, cuando los compromisos lo permitían pues algún día tocó cenar fuera o ir de compras.
Otras actividades en Dolomitas fueron la ferrata Brigatta Tridentina que pudimos compartir con Lorenzo, una vuelta por la carena enfrente de la Marmolada disfrutando de todo su esplendor y la vuelta al Pelmo que es bastante chula.
Entre medio colé una tarde una ascensión al Nuvolao (2575m) en trail running saliendo desde el parking del telesilla al atardecer. Es un pico que está por encima de Cinque Torri. Chulo, chulo, con refugio en la cima por supuesto…las vistas espléndidas a varios valles y bajar de vuelta por las pistas recto abajo en media hora es un placer. Me recuerda al esquí de montaña. Si se pone feo estás abajo en un plisplas. Será por eso que Kilian hace las dos cosas? No sé…probablemente porque es lo que te permite ir más libre y ligero.
Panorama llegando al Nuvolao
Después de una semana en Cortina decidimos cambiar de aires hacia Chamonix. Allí ya hemos escalado unas cuantas veces y es más confortable tanto para Agnès como para mí. Además puedes escoger vías con salida a pie por la ladera en algunos puntos. Menos compromiso.
Y eso hicimos, repetimos la “Hotel California”, sin madrugar con lo cual nos dio para hacer cuatro largos antes de que nos entrara hambre. Lo bueno que dos de los largos nos los habíamos saltado el año anterior para adelantar a unos que iban muy lentos, así que completamos la parte que nos faltaba de la vía.
Las sensaciones fueron muy buenas sobre 4b – 4c, con ganas de escalar más. Y tachán, otra cosa típica de Chamonix, empezó a llover por la noche y así siguió por tres días y cuatro noches.
Comer y compras, es lo que hay si vas de camping.
Conseguí colar un día de correr saliendo de Bossons hacia el glaciar. Pasé más allá del refugio Bossons, unos 500m de desnivel y empezó el diluvio de nuevo, media vuelta cagando leches 🙁
A pie del tercer largo de “Hotel California”. Qué vistas!
El viernes la previsión era regular, pero se levantó con una nube incrustada en Aiguilles Rouges. Visibilidad sólo en el fondo del valle y en los picos más altos. Después de un rato monitorizando las webcams decidimos volver a Barcelona. Por lo visto el día siguió igual de tapado.
Y con esto terminaron mis vacaciones de montaña.
La siguiente semana ha sido de trastear con mis distintos gadgets.