La semana por Razecueillé, perdidos en la calma de los Pirineos franceses, fue muy agradable por la compañía y el entorno, y después de pasar una semana en Barcelona para mantener el gimnasio LynxCross abierto, volvimos de nuevo a Francia.
El tiempo fue mejor esta vez, y pudimos hacer alguna salida a explorar la zona.
La primera fue una excursión corta que a Natalia y a mí se nos acabó alargando simplemente porque empezamos a encontrar setas…y claro, cualquiera no deja de buscar alrededor en vez de avanzar recto arriba!! un día que no es bueno del todo porque el Cagire está bien tapado y por eso hacemos algo corto.
Natalia mirando al Cagire desde el Picon
Pasando por las cuatro casas de Laouech y luego ya bosque arriba por una pista, que nos dejaba en el Picon. Hay una antena ahí, de ahí que el acceso sea fácil por pista.
Pero de camino vamos viendo los laterales de la pista y metiéndonos bosque adentro en algunos puntos para recoger lo que localmente llaman «jeaunettes», «rossinyols» en catalán.
Jeaunettes
Natalia recogiendo setas
Hicimos una buena tortilla 😀
Al día siguiente fuimos a otra cima de la zona, el Pic de Paloumère (1.608m). Normalmente se sube desde el Col de Portet d’Aspet en 1h30 pero nosotros salimos desde el mismo Razecueillé para dar una vuelta larga. Usamos un GR que sale de la pista forestal entre Cazarilh y Escabiros hacia el Col de Portet. Fueron unas 3h hasta el col, y luego hora y pico hasta el Pic de Paloumère.
Gran error, salimos sin pasta!! de haber tenido le habríamos comprado queso a la señora que tenía una parada en el col…
Las vistas son guapas de verdad por el camino.
Mourtis, Pic de l’Escalette y Cagire
Aneto y Maladetas
Vista desde la cima del Pic de Paloumère hacia la carena
Vista desde la cima del Pic de Paloumère hacia Milhas y la plana de Toulouse
Aquí viene un poco de lío, según el mapa IGN hay un sendero que baja por la carena directo en dirección a la pista forestal de donde salimos, por encima de Razecueillé.
Y encontramos una primera marca muy gastada empezando la carena, pero de ahí una segunda y nada más. Bosque, fuertes pendientes con rocas y ninguna traza, nada esperanzador contando que teníamos que bajar 1.000 m de desnivel por bosque. Así que después de unas cuantas vueltas explorando optamos por ir hacia la carena del Picon, que también tenía sendero en el mapa. Ahí encontramos restos de un sendero, marcado con dos rayas rojas. Camino triturado por las vacas de la zona…
Finalmente mucho más arriba del Picon vimos un sendero aún más marcado que iba hacia la ladera de Milhas, y optamos por seguirlo, porque parecía claro, para acabar perdiendo el rastro de nuevo entre los helechos 😛
Como habíamos estado por la zona el día anterior sabíamos que teníamos una pista forestal más abajo, que a base de bajar bosque a través acabaríamos encontrándola. No había duda con mapa y altímetro.
Tardamos un poco por esas laderas oscuras de grandes árboles, y volvimos a casa por Laouech deshaciendo el camino del día anterior.
Una excursión curiosa de unos 21k cuyo trazado se puede mejorar….track aquí para los curiosos.
El resto de la semana ya fue más de relax. Mucho de comer quesos, jeje y un baño en el frío río que quitaba el hipo…!
De hecho, ese fin de semana volvíamos porque tocaba la Cursa de la Marrana…retorno a las curses 🙂
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