Este sábado pasado 21/1/23 salí con gente de la UEC a hacer esquí de montaña, aprovechando la primera gran nevada de este invierno.
Gran nevada pero de verdad, porque se nos ocurrió ir hasta la estación de esquí de Puyvalador para asegurar que teníamos nieve y tuvimos toda la que podíamos pedir y unas cuantas paladas más.
Llegué a la estación de Puyvalador sin poner cadenas, que pareció un milagro a los acompañantes del coche porque desde Formigueres la cosa ya estaba fea, fea.
Con los quitanieves arriba y abajo sin parar. Pero claro, como Puyvalador está cerrada desde hace tiempo, pues poco tráfico había por ahí.
Lo cual se traduce en condiciones de la carretera más complicadas. Bueno, que eso parecía Mordor pero en blanco.
Estaríamos a -8° C en el parking de la estación, nevando y nevando sin parar.
Equiparse nevando es bastante coñazo, porque la nieve entra por todas partes. Dejas una bolsa en el suelo y a los pocos segundos está cubierta de nieve. Nieve que luego puede convertirse en agua que es el enemigo de todo montañero en invierno, porque conduce el frío que no veas.
Bueno, hechos todos los cambalaches de poner pieles, calzarse las botas y tal salimos un grupo de 8 para arriba.
Se sube siguiendo las pistas hasta que en un momento nos metimos por bosque.
Como ves no escribo hace tiempo, y es porque estoy haciendo poca cosa de monte. Algunas excursiones cortas y poco más. Lo cual se traduce en mala forma.
Y eso lo pagué subiendo. Fuimos hasta el Pic de Ginèvre que corona la estación a un poco menos de 2400m. O sea que serían unos 700m positivos.
No debería ser un problema, pero lo sufrí a partir de cierto punto. Bajada de ritmo total y a salir para arriba como puedas.
Si miras entradas antiguas, de las de hacer frikadas, 700m+ sería un paseo. Pero eso ya es historia.
La realidad es que sufrí un poco a la subida.
Una vez en la cima hicimos alguna foto de rigor pero sin entretenerse mucho porque ahí si que pegaba rasca. Al pico le azotaba el viento de lleno, sin nada que lo parase.
Hay una cabaña a unos metros justo debajo que algunos aprovecharon para quitar pieles y fijar las botas. Toma nota si algún día estás por ahí.
Y luego ya a bajar.
Teníamos palmo de nieve pero estaba como pegajosa o quizás un poco encrostada por el viento. Y no sé, no bajaba cómodo.
Pese a todo, muy contento de la salida. Desde la pandemia que no hago nada decente con esquís, y por decente me refiero a llegar a una cima y volver a bajar sin más percances.
Ahora que ya está estrenada la temporada, a ver qué tal se nos da.
La vuelta en coche sí fue con cadenas, fundas para ser exactos, porque estuvo todo el día nevando sin parar.
Lo que sí se cumplió, y fue uno de los factores por decidirnos por Puyvalador, es que el bosque y la orientación de la ascensión nos protegió del viento. Hasta cierto punto claro, llegados a la cima no hay nada que te proteja.
Y como salgo poco, pues no fui preparado. Ni tengo track, ni saqué fotos. Son todas de prestado de los compis…